El ser humano está llegando a unos niveles de estupidez sin precedentes en la historia de la humanidad. En el siglo de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial suceden fenómenos extraños que sólo Íker Jimenez en Cuarto Milenio podría explicar. Y es que en un mundo globalizado como el nuestro donde se nos vende de TODO, donde no te puedes tirar un cuesco sin que se entere el país vecino, es increíble que para otras cuestiones esa globalización no funcione tan bien como en los mercados. Siendo más concreta,es increíble que vivamos los españoles en un país que para lo que interesa es el primero (el primero en consumir, en comprar, en derrochar, en gastar sin ton ni son, solo porque me lo dicen los anuncios, que nos tragamos tantos como pastillas para curarnos) y que no lo seamos tanto en otros temas como el bienestar animal.

Es en este punto donde me pregunto si la culpa de todo ello lo tienen los políticos, es decir, aquellos que toman decisiones en nuestro nombre y, en teoría y solo en teoría, para nuestro beneficio, cosa que cada día dudo más, o éstos sólo son marionetas de quienes los votan y a los que representan. Y es que creo sinceramente que es un problema de estupidez general de toda la humanidad, independientemente de lo que piense del sobredimensionamiento del aparato burocrático y político de los países y de la denostada clase política manipulada por los poderes fácticos. Y voy a contar mi caso particular para que sirva como ejemplo de ello.

Resulta que en la sociedad donde yo vivo estoy harta de oir reproches sobre lo estúpido que es preocuparme de los animales habiendo personas que lo pasan mal. Si revisamos la frase nos damos cuenta enseguida de la incongruencia y falta de coherencia de la misma. ¿Pero qué tendrá que ver una cosa con la otra? Y esta gente lo suelta así sin más y con un odio que no es normal. Lo primero es que yo no me meto en la vida de nadie, no voy diciéndole a la gente lo que tienen y no tienen que hacer, pero es que la cosa tiene aún más Inri cuando lo que me reprochan es precisamente el ejercicio de una labor que considero redunda en beneficio de la comunidad y de la sociedad en general.

Es gracioso porque se meten conmigo porque me preocupan los animales, en especial los gatos callejeros, por la indefensión en la que se encuentran actualmente en las ciudades. Pero no se meten conmigo por beber alcohol, eso no, porque está socialmente permitidísimo a pesar de los daños para la salud. Tampoco se meterían conmigo si no me viesen reciclar, por consumir más de lo necesario, por tirar comida a la basura o, incluso, por atropellar a un animal con mi coche si se diese la circunstancia Que curioso es el ser humano, por llamarlo de alguna manera porque creo que habrá que llamarlo de otro modo, puesto que es precisamente la humanidad lo que está perdiendo y he decidido que sea HOMO IMBECILLIS.

Yo no le voy diciendo a los padres que están criando energúmenos en sus casas (no todos pero si una gran mayoría). No les digo el flaco favor que les están haciendo a sus hijos dándoles todo a cambio de nada, no les digo lo que pienso acerca de la dejación en funciones de muchos padres en la obligación de educar e inculcar principios y valores. Y esto lo sé de buena tinta porque en otra vida fui profesora de secundaria durante 18 años, cuando los adolescentes nos tenían todavía respeto a los mayores A estos padres que no cumplen no se les multa pero a las alimentadoras de colonias felinas en el municipio donde yo resido si. Es sencillamente repugnante a los niveles que estamos llegando de imbecilidad.

Resulta que la razón de que en muchos municipios se nieguen a gestionar colonias de gatos es según sus dirigentes que éstas son focos de insalubridad, en vez de decir la verdad y es que es un tema de dinero, el dinero que tienen que invertir en desparasitar y esterilizar a los animales, puesto que el resto de la faena, alimentación y gestión de las colonias lo hacemos los voluntarios de forma desinteresada. Ante tanta manipulación yo me pregunto si esta gente ha estado alguna vez en una colonia de gatos, puesto que no hay animal más limpio que un felino. Las cagadas de perros sin recoger por sus dueños eso si que es insalubre y lo se de buena tinta pues saco a mis perros a pasear y a veces voy por sitios que parecen campos de minas. Por otro, lado la comida que se les pone a los animalitos es seca y cuando terminan se recogen los enseres. ¿Pero es que se han creído que somos gilipollas? La gente que haga y crea lo que quiera pero a mi no me van a manipular como al resto. Resulta que puedo hacer botellón en la calle y dejarlo todo perdido, pero no puedo dar de comer a los gatitos callejeros porque ensucio las aceras y además los gatos lo mean y lo cagan todo. Pues tengo una amiga que está hasta los cojones de limpiar orín de humanos y recoger cagadas de humanos justo en la colonia felina de la que se encarga. Es increíble a que degradación está llegando el HOMO IMBECILLIS..

Por otro lado me gustaría saber el grado de humanidad de la gente que se dirige hacia mí llamándome la loca de los gatos. Resulta que me encuentro realizando un voluntariado en una protectora de animales, labor de la que no recibo ni un duro, tengo dos perros de Asoka y una gatita ciega que me encontré desahuciada en la calle, y me encargo actualmente de alimentar y aplicar el proyecto CES a los gatos de mi barrio. Y además, para los que piensen que la gente no me preocupa, colaboro con ACNUR y con SAVE THE CHILDREN, dos asociaciones que se preocupan por los niños y los más desfavorecidos. Creo sencillamente que mucha gente que me critica, que nos critica pues lo hago generalizado, no sabe ni lo que es el voluntariado ni lo que es ayudar al prójimo, es decir, son los que se llaman parásitos de la sociedad, sólo consumen y no aportan absolutamente nada. Porque sino no harían ese tipo de comentarios. Simplemente sienten que parte del dinero que se destinaría a ellos mismos pueda ir en otra dirección y egoístamente arremeten contra todo posible destinatario del mismo. Es una cuestión de dinero y egoísmos y nada más, vamos, que podríamos aplicar la popular y famosa frase de Belén Esteban: “ Por mi hijo MATO” . ¿Quién verdaderamente es el loco? .

Pero lo que más me jode es que se le de credibilidad a lo que piensa esta parte de la población parásita y sin escrúpulos, con poca o nula empatía y sensibilidad. No puede ser que, no sólo no colaboren en mejorar el mundo y el planeta, sino que además critiquen y obstaculicen la labor de la gente que lo hace, y de agradecimientos y valoración ya ni hablamos. Me parece sencillamente injusto e inmoral que ante una acción que tan sólo tiene la lectura de mejorar el entorno en el que vivimos parte de la población reaccione con críticas sin sentido ni justificación, puesto que como ya he mencionado antes, la preocupación por los animales no es excluyente con la preocupación por los seres humanos, sino perfectamente compatibles, como es mi caso. Todos tenemos sitio en la labor de mejorar el mundo y cada uno lo hace en el área que más le gusta o donde piensa que puede ser más útil. Sea luchando contra la pobreza, la desigualdad, el bienestar animal o la preservación de la naturaleza, todos tenemos la oportunidad de poner nuestro granito de arena por conseguir que este mundo sea un mundo mejor. Y las críticas de esta muchedumbre no me van a frenar en mi labor, que, por cierto, me ocupa gran parte de mi tiempo y de la que no recibo ninguna contraprestación monetaria, pero de la que estoy enormemente orgullosa y que me proporciona una gran satisfacción personal.

Espero que este artículo sirva para remover conciencias y hacer pensar a la gente sobre en que nos estamos convirtiendo, hacia donde nos están llevando con tanta manipulación y que tipo de mundo les vamos a dejar a nuestros hijos. Quizás si algún día la gente comienza a reaccionar o, como dice Bumbury, “Despierta” dejaremos de ser testigos de hechos tan anacrónicos y esperpénticos como el recientemente ocurrido entre la policía y los alimentadores de colonias felinas del ayuntamiento de San Juan de Alicante.

Atentamente:

La loca de los gatos