Un problema de base: la indefensión de los gatos de la calle

La presencia de gatos en las calles es frecuente en la mayoría, sino en todos los municipios, grandes y pequeños. Ello supone la existencia de opiniones contrapuestas entre defensores y detractores de la convivencia entre gatos no domésticos y humanos
Ante el problema de la rápida reproducción de los gatos callejeros y de la superpoblación de las colonias felinas, ligado al abandono de gatos domésticos, determinados municipios proceden a capturarlos y a eliminarlos como si se tratara de plagas o a enviarlos a la perrera municipal (llamada eufemísticamente “protectora de animales”) donde acaban sometidos a la eutanasia.

Este procedimiento de “control” es ineficaz, ya que el terreno baldío pronto es ocupado por otros gatos callejeros sin esterilizar que continúan reproduciéndose y causando problemas de suciedad, ruido, plagas, etc. que ponen en peligro la salubridad del entorno vecinal.
Algunos humanos que viven en el entorno de estas colonias felinas, por desconocimiento o insensibilidad ante el problema, acaban causando daños físicos a estos animales, envenenándolos o matándolos y, en el menor de los daños, denunciándolos para ser encerrados en una perrera.


¿Qué entendemos por «gato callejero o gato feral»?

Un gato callejero es un gato sin dueño que ha nacido en libertad, vive al aire libre y no está acostumbrado a socializar con los humanos. En otras ocasiones, se trata de gatos que han sido abandonados a su suerte por sus dueños (que los habían adquirido como caprichos o juguetes, pero que dejan de quererlos porque han crecido o han cambiado su comportamiento). Al ser abandonados, estos gatos vuelven al ambiente natural y con el tiempo, recuperan su carácter no doméstico y se integran en colonias donde se reproducen sin control. Los gatos de la calle difícilmente pueden ser socializados y, por lo tanto, no pueden ser candidatos para adopción. 

Eso no significa que no necesiten unos cuidados y un control periódico de su salud en el ambiente de su colonia y de su hábitat natural, ya que son seres vivos sensibles y sintientes que sufren y están sujetos a múltiples amenazas y enfermedades.


Por una presencia controlada y equilibrada de gatos en nuestras calles

La presencia equilibrada de gatos en la calle proporciona beneficios al entorno (control de plagas diversas: roedores, insectos, parásitos, etc.) y a la convivencia entre animales y personas.
Para ello los gatos de la calle necesitan de la ayuda de personas sensibles que les proporcionen alimentos, cuidados, atención veterinaria y planes de esterilización y de control sostenible de las colonias en que viven. 


Así pues, un programa preventivo de esterilización de gatos callejeros, acompañado de campañas de información y sensibilización de la población es lo que realmente aborda el problema en su origen y permite controlar la población felina de manera humana y eficiente, en beneficio de los animales y de los habitantes del entorno.